(Boudewijn Hendrijks; Edam, ? - Cabañas, 1626) Corsario
holandés que protagonizó el famoso asalto a Puerto Rico de 1625. Balduino
Enrico es el nombre que los españoles dieron a Boudewijn Hendrijks, un antiguo
burgomaestre de Edam que se convirtió en uno de los grandes corsarios de la
Compañía de las Indias Occidentales.
En 1625, la Compañía le confió una empresa importante:
socorrer Bahía, que estaba en manos holandesas y había sido atacada por los
españoles. Recibió para tal misión 34 buques con buena artillería y 6.500
hombres. Balduino llegó cuando los holandeses habían sido ya desalojados de
Brasil y hubo entonces de afrontar con su gran flota una empresa secundaria:
hostilizar y apoderarse de algunos puertos importantes del enemigo español.
El holandés navegó hasta Paraiba y dividió su flota en dos.
Una parte de ella, mandada por Veront, se dirigió a África. La otra, con 17
barcos y mandada por el propio Enrico se dirigió a Puerto Rico con ánimo de
tomar dicha plaza, y luego La Habana, si se terciaba. Un plan alternativo era
tomar Matanzas y fortificarla, para atacar desde allí La Habana.
Enrico llegó a San Juan el 24 de septiembre de 1625 con su
flota y 1.500 hombres. El puerto español tenía poca dotación militar, pero
contaba con un castillo en el que servían 350 soldados a las órdenes del
gobernador Juan de Haro. Éste comprendió lo inútil de defender la población y
se atrincheró en el Morro con sus hombres, para obligar al enemigo a un cerco
prolongado, única posibilidad de poder recibir refuerzos.
El holandés se apoderó de San Juan e instaló su cuartel
general en la fortaleza, mientras sus tropas efectuaban el correspondiente
saqueo de casas y templos. El 27 de septiembre dispuso el asalto al Morro, pero
fue rechazado. Conminó a la rendición a Haro una y otra vez sin resultado
alguno y le amenazó con quemar la ciudad si no lo hacia; al no recibir
respuesta, ordenó incendiar San Juan el 21 octubre. Enrico comprendió al fin la
inutilidad de aquella empresa y abandonó Puerto Rico el 1 de noviembre bajo los
cañonazos de los españoles, que hundieron el buque Medenblink, propiedad del
príncipe de Orange. Enrico perdió más de doscientos hombres, dejando además
quince prisioneros que Haro mandó ahorcar.
El corsario pasó luego a Santo Domingo, donde cruzó algunos
cañonazos con las baterías del fuerte, y más tarde a Margarita. El 22 de
febrero arribó a Pampatar, que tomó fácilmente, y desembarcó en el Pueblo de la
Mar (hoy Porlamar), pero ninguna de estas plazas compensaban el esfuerzo
económico que se había hecho en el equipamiento de su armada. Siguió a Araya,
donde mantuvo un duelo con la artillería del fuerte de Santiago, y prosiguió
hacia las Antillas, realizando pequeñas acciones de pillaje.
Balduino decidió entonces poner rumbo a La Habana, cuyas
defensas estuvo estudiando varios días, hasta convencerse de que era absurdo de
intentar tomarla. Pasó entonces a Matanzas y recaló en Cabañas, donde hizo
aguada y robó algún ganado. El corsario enfermó allí de fiebres y murió el 2 de
julio de 1626. La armada emprendió entonces el regreso a Holanda, adonde
llegaron solamente 700 de los 1.500 hombres con que se había atacado Puerto
Rico.
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