miércoles, 1 de febrero de 2017

Ataques Corsarios: Balduino Enrico


(Boudewijn Hendrijks; Edam, ? - Cabañas, 1626) Corsario holandés que protagonizó el famoso asalto a Puerto Rico de 1625. Balduino Enrico es el nombre que los españoles dieron a Boudewijn Hendrijks, un antiguo burgomaestre de Edam que se convirtió en uno de los grandes corsarios de la Compañía de las Indias Occidentales.

En 1625, la Compañía le confió una empresa importante: socorrer Bahía, que estaba en manos holandesas y había sido atacada por los españoles. Recibió para tal misión 34 buques con buena artillería y 6.500 hombres. Balduino llegó cuando los holandeses habían sido ya desalojados de Brasil y hubo entonces de afrontar con su gran flota una empresa secundaria: hostilizar y apoderarse de algunos puertos importantes del enemigo español.

El holandés navegó hasta Paraiba y dividió su flota en dos. Una parte de ella, mandada por Veront, se dirigió a África. La otra, con 17 barcos y mandada por el propio Enrico se dirigió a Puerto Rico con ánimo de tomar dicha plaza, y luego La Habana, si se terciaba. Un plan alternativo era tomar Matanzas y fortificarla, para atacar desde allí La Habana.

Enrico llegó a San Juan el 24 de septiembre de 1625 con su flota y 1.500 hombres. El puerto español tenía poca dotación militar, pero contaba con un castillo en el que servían 350 soldados a las órdenes del gobernador Juan de Haro. Éste comprendió lo inútil de defender la población y se atrincheró en el Morro con sus hombres, para obligar al enemigo a un cerco prolongado, única posibilidad de poder recibir refuerzos.

El holandés se apoderó de San Juan e instaló su cuartel general en la fortaleza, mientras sus tropas efectuaban el correspondiente saqueo de casas y templos. El 27 de septiembre dispuso el asalto al Morro, pero fue rechazado. Conminó a la rendición a Haro una y otra vez sin resultado alguno y le amenazó con quemar la ciudad si no lo hacia; al no recibir respuesta, ordenó incendiar San Juan el 21 octubre. Enrico comprendió al fin la inutilidad de aquella empresa y abandonó Puerto Rico el 1 de noviembre bajo los cañonazos de los españoles, que hundieron el buque Medenblink, propiedad del príncipe de Orange. Enrico perdió más de doscientos hombres, dejando además quince prisioneros que Haro mandó ahorcar.

El corsario pasó luego a Santo Domingo, donde cruzó algunos cañonazos con las baterías del fuerte, y más tarde a Margarita. El 22 de febrero arribó a Pampatar, que tomó fácilmente, y desembarcó en el Pueblo de la Mar (hoy Porlamar), pero ninguna de estas plazas compensaban el esfuerzo económico que se había hecho en el equipamiento de su armada. Siguió a Araya, donde mantuvo un duelo con la artillería del fuerte de Santiago, y prosiguió hacia las Antillas, realizando pequeñas acciones de pillaje.


Balduino decidió entonces poner rumbo a La Habana, cuyas defensas estuvo estudiando varios días, hasta convencerse de que era absurdo de intentar tomarla. Pasó entonces a Matanzas y recaló en Cabañas, donde hizo aguada y robó algún ganado. El corsario enfermó allí de fiebres y murió el 2 de julio de 1626. La armada emprendió entonces el regreso a Holanda, adonde llegaron solamente 700 de los 1.500 hombres con que se había atacado Puerto Rico.


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