La importancia de tomar buenos apuntes en clase
Nuestros apuntes o notas condensan todos los datos e informaciones de interés discutidos en clase; recopilan lo expuesto en la pizarra por el profesor, las dudas e inquietudes del auditorio, las referencias o fuentes citadas y en oportunidades aspectos claves a ser evaluados. Es por esto que la manera como los tomemos será significativa en nuestro desempeño durante el desarrollo de la asignatura.
Unos apuntes o notas desordenadas, con ideas inconclusas, poco claras, llenos de borrones con un empleo inadecuado de la hoja en la que se escribe serán perjudiciales al llegar a casa y repasar, pues al igual que el texto, en la cabeza todo estará confuso. Sugerimos poner en práctica ciertos criterios en el momento que decidamos recopilarlos.
Tomar buenos apuntes en clase
En primer lugar se deben separar o desglosar los apuntes por materias. Si eres de esos quien acostumbra a mezclar los contenidos en una sola libreta, así estarán todas las ideas y pensamientos, un poco licuados o batidos en el cerebro. Utiliza separadores de colores si es que tienes un solo cuaderno, pero si cuentas con la posibilidad de tener varias libretas, entonces hazlo.
Es absolutamente inaceptable en un estudiante una libreta donde una página sea de matemática, otra de español, la siguiente de historia… como también los apuntes sin fechas, sin la determinación de un tema central, sin el empleo de esquemas, la técnica del subrayado, las numeraciones o un resumen. Peor si en lugar de borrar hace tachones.
Por lo tanto, el empleo correcto de los recursos como resaltadores, reglas, borradores, entre otros, garantizan unos apuntes limpios y ordenados. Por otro lado, las ideas copiadas de la pizarra o de la exposición oral del maestro deben estar completas, esto quiere decir tener sentido, unidad comunicativa o bien, principio y fin. Esto amerita dejar la flojera y apuntar con exactitud o en su defecto pedir que sea repetida o aclarada por el instructor.
En casa, los apuntes se amplían o complementan. Es lógico entender que durante clase es difícil tomar nota de todo lo que se diga, por consiguiente el material debe ser profundizado y enriquecido posteriormente. En este punto es importante destacar lo útil de, al finalizar la clase, conversar con el docente sobre la recomendación de bibliografías o fuentes de interés.
Es necesario que una clase previa puedas releer el material anterior y así aclarar cualquier duda, también documentarte acerca del próximo tema para que durante el desarrollo de la actividad puedas no solo participar, sino también anticipar tus siguientes inquietudes.
En tu libreta, al igual que tus apuntes, no pueden faltar los contenidos programáticos de las materias, las bibliografías recomendadas y las estrategias de evaluación con sus fechas, esto evitará que los exámenes te tomen por sorpresa o que estés alzando la mano para preguntar “¿La próxima semana tenemos evaluación?, “¿con cuáles contenidos? Y… “¿cuánto vale “mister”?”.
Una vez que seas evaluado y tengas tu calificación, colócala al lado del recuadro ponderación, nota o calificación de tu plan de evaluación, así llevarás tus propias estimaciones de cuánto tienes acumulado y tus posibilidades de aprobar o no. Con esto también evitarás las reiteradas preguntas: ¿”Mister” cuánto llevo? o ¿Me puede repetir cuánto saqué?
Por último, sugerimos estudiar con los apuntes propios, pues cada cabeza es un mundo y en ese universo todos establecen individualmente sus prioridades, necesidades, dudas o confusiones. Nadie estudia o aprende con el cerebro ajeno, en consecuencia crea tú mismo el material con el que vas a estudiar.
Cómo ves, los apuntes o notas abarcan varios tópicos, exigen disciplina y organización si deseas que su uso te brinde resultados exitosos.
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