martes, 4 de abril de 2017

El bando contra la Raza Negra - 1848

El bando contra la Raza Negra - 1848
Dos meses antes de la conspiración de esclavos de Ponce en julio de 1848, el partido de Ponce se encontraba en un estado lamentable de miseria. La sequía, como ya señalamos, habia sido la causa principal. Pero había otros problemas tan serios como esta catástrofe. El precio por quintal de azúcar en el mercado de Filadelfia, en los Estados Unidos, que era el principal comprador de Ponce, había bajado a $5.14. Este era el precio más bajo pagado en el siglo XIX. Finalmente, el mercado francés, el tercer comprador más importante de nuestros azúcares, dejó de comprar azúcar, como resultado de los turbulentos eventos políticos de 1848. La revolución francesa, y el establecimiento de la segunda república de 1848, tuvieron otro impacto más directo en la vida de los esclavos del Caribe, y por lo tanto en los de Puerto Rico. El gobierno provisional francés abolió la esclavitud en sus colonias de Martinica y Guadalupe el 29 de abril. En Martinica, los esclavos no esperaron dicho decreto y se rebelaron. Muchos blancos abandonaron esta isla y se refugiaron en Puerto Rico. Al llegar los franceses de estas clases privilegiadas, describieron los horrores de la guerra racial que acababan de experimentar. Para el 3 de julio, el conflicto se extendió hasta la colonia danesa de Santa Cruz, donde el gobernador, con el propósito de apaciguar a los sublevados de color, abolió la institución de la esclavitud. Sin embargo, la medida fracasó porque la guerra siguió su curso.
La proximidad geográfica entre las islas de Puerto Rico y Santa Cruz, y la presente crisis económica por la que atravesaban tanto las haciendas azucareras como la población esclava de Puerto Rico, hizo que el gobernador de la isla, Juan Prim, enviara un contingente de 500 infantes, 2 piezas de artillería y una sección de obreros minadores a Santa Cruz. Esta vez, las fuerzas procedentes de Puerto Rico, unidas a las danesas, triunfaron y lograron restablecer la paz en Santa Cruz. Sin embargo, el gobernador Prim, temeroso de que el esclavo se reafirmara en sus creencias de que la violencia era la única alternativa para abolir la esclavitud, se vio en la necesidad de convencer a las autoridades danesas, y aun a la esclava de Puerto Rico, de que el decreto de la abolición de la esclavitud en Santa Cruz era ""letra muerta"", porque se había hecho a la fuerza. Prim les señaló a las autoridades danesas que no se debía poner en vigor dicho decreto de abolición en virtud del mal ejemplo que daría a la esclavitud de Puerto Rico.
La segunda medida de Prim tiene lugar a fines de mayo de 1848, cuando el mismo gobernador arremetió contra los negros libres y los esclavos de Puerto Rico. En esta ocasión, dictó el Bando Contra la Raza Africana. Este bando fue represivo y punitivo y no estableció diferencias entre el africano libre o el esclavo. Sólo bastaba que se fuese africano o descendiente de él para verse incluido en las estipulaciones del Bando. Según el Artículo I, cualquier delito en que se vieran envueltos los miembros de la raza africana, libres o esclavos, sería juzgado y penado militarmente. El Artículo II reafirmaba la superioridad ante la ley del blanco sobre el negro cuando señalaba que cualquier africano que hiciese armas contra blancos ""aunque justificada que sea la agresión, será, si fuese esclavo, pasado por las armas y si libre, se le cortará la mano derecha."" Los africanos y sus descendientes siempre serán culpables ante la justicia. El Artículo III hacia claro que si un negro insultaba de palabra, o maltrataba o amenazaba con un palo, con piedras o en alguna otra forma, sería condenado a cinco años de presidio, si fuera esclavo, y si libre, a la pena que a las circunstancias del hecho corresponda. Al amo se le facultó (Artículo V) a dar muerte al esclavo que se sublevara en acto semejante.
Aparentemente, los propósitos del código negrero no quedaron claros, puesto que el propio Prim, nueve dias más tarde, dictó otro bando explicativo para que la aplicación del bando negrero se llevase a cabo sin la menor dificultad. El Artículo 1 extendía a las propiedades de los blancos lo que expresaban los Artículos II, III y V, del Bando Negrero. Cualquier robo de parte de los africanos, o sus descendientes, sería tratado por un Consejo de Guerra. Los Artículos VIII, IX y X señalaban que si el esclavo robaba ocho reales sería entregado a su amo, pero si robaba de ocho a ochenta reales, sufriría 200 azotes. Cualquiera que incendiase una finca rural o urbana, cañaverales u otras siembras, también seria juzgado por un Consejo de Guerra. A Prim también le preocupaban las riñas que pudiesen tener las personas de color, libres o esclavos, y dependiendo de las armas que se utilizasen, así serían los castigos.
Debido a los múltiples fracasos de las conspiraciones de esclavos durante la primera mitad del siglo XIX, a partir de 1850 se popularizó otro tipo de manifestación colectiva contra la institución de la esclavitud: el homicidio del mayordomo, ejecutado por un grupo de esclavos. Desde 1840, encontramos varias conspiraciones, tales como la de Naguabo, en 1843, y la de Toa Baja en 1846, cuyo principal propósito fue el asesinato del mayordomo. Estos dos casos presagian lo que más tarde se convertirá en la manifestación de repudio a la esclavitud más frecuentemente empleada por los esclavos en vísperas de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico. Al fin, el 23 de marzo de 1873 la Asamblea Nacional de la República Española aprobó por unanimidad la abolición de la esclavitud en Puerto Rico, poniendo fin a cuatro siglos de historia de la funesta institución en la isla. Sin embargo, desde hacía tiempo se manifestaba un intenso debate en torno a la abolición de la esclavitud en Puerto Rico.
Por un lado, había algunos que argumentaban que la abolición no causaría crisis económica alguna, puesto que ya la mayoría de las haciendas contaban con una fuerza laboral mixta (libres y esclavos).
El capital obtenido a través de la abolición con indemnización podía ser invertido en el mejoramiento de la tecnología azucarera.
El precio del esclavo era muy alto (600 pesos) como precio promedio de venta y lo que él producía (azúcar) tenía un precio sumamente bajo. La esclavitud no era rentable. Era más barato pagarle un jornal a un alquilado que comprar un esclavo.
Las teorías de desarrollo capitalista expresadas por Adam Smith apuntaban hacia la creación de un mercado de trabajo libre. Éstas a su vez señalaban que el trabajador libre era mucho más eficiente que el trabajador esclavo. ""Dos días de trabajo del libre equivalían a tres del esclavo"".
España era la única metrópolis europea que no había abolido la esclavitud en América. Sin embargo, otros argumentaban de la siguiente manera: Aunque era cierto que el precio del esclavo era alto, no se le podía conceder la libertad pues en la isla no había una fuerza laboral barata y cautiva que le sustituyese.
El esclavo trabajaba más que el hombre libre, ya que ""el látigo le hacía trabajar más horas al día"".
Los jornaleros abandonaban el trabajo, especialmente ""el de la hornalla (las calderas)"" en la casa de máquinas de las haciendas azucareras.
Algunos esclavos se dedicarían a holgazanear mientras que otros se rebelarían contra la población blanca del país.
La abolición con indemnización era algo incierto.
No podían abolir la esclavitud sólo en Puerto Rico y no hacerlo en Cuba, en donde la esclavitud era muy significativa y en donde había estallado una guerra de independencia que se extendería por 10 años (1868-1878).
Se logra uno de los objetivos: la abolición de la esclavitud

Por: Dr. Luis Manuel Díaz Soler
Extraído de:
http://www.mitaino.com/cultura/esclavitud 

2 comentarios:

  1. Lamentablemente, el general Prim es considerado en España una persona de importancia y casi un héroe, porque se ignora de él más de lo que se sabe. El "Bando contra la raza africana" se desconoce por la población general. Y es que la Historia la escriben los vencedores. Y la escriben injustamente.

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